Navidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria: Un momento para cuidarnos.
La Navidad debería ser un momento de paz, amor y celebración. Sin embargo, para muchas personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), estas fechas vienen cargadas de ansiedad y presión.
¿Por qué?
-Comidas abundantes que generan miedo.
-Comentarios incómodos sobre el cuerpo o el plato.
-Expectativas sociales que pesan más que cualquier regalo.
¿Qué hacer?
- Recuerda que vales más que lo que comes. Tu valor no se mide por tu plato.
- Evita comentarios sobre cuerpos o comida. A veces, lo que parece "inocente" puede herir.
- Busca apoyo si lo necesitas. Habla con alguien de confianza o con un profesional.
- Planifica momentos de auto-cuidado. Actividades que te permitan descansar.
Después de los encuentros navideños puedes:
-Evaluar cómo te sentiste: Reflexiona sobre lo que funcionó bien y lo que podrías mejorar para futuras situaciones.
-Comunicar tus sentimientos: Habla con tu terapeuta o un ser querido sobre cómo te sentiste.
-Reforzar tus logros: Celebra pequeñas victorias, como haber asistido a la reunión o manejado un comentario incómodo.
Para el entorno de una persona afectada es importante que:
-No opines sobre lo que otros comen o dejan de comer. No conoces su lucha.
-Evita frases como “¡Come un poquito más!” o “¿Eso es todo?”.
-Da amor, no juicios. Escucha, acompaña y respeta.
Si estás en tratamiento, es fundamental seguir el plan pautado con tu terapeuta, ya que esto te proporcionará una guía estructurada y te ayudará a mantener el equilibrio durante las festividades.
En las terapias grupales de Acabe Álava, tanto en las sesiones dirigidas a personas afectadas como en las destinadas a familiares, se trabaja de manera anticipada para abordar las situaciones específicas que pueden surgir durante la Navidad. Este enfoque permite identificar los desafíos potenciales y desarrollar herramientas prácticas que les faciliten afrontarlos.
Estas herramientas incluyen estrategias para manejar la ansiedad relacionada con la comida, pautas para establecer límites en las interacciones familiares y técnicas para gestionar las emociones difíciles. Asimismo, los familiares aprenden a ofrecer apoyo adecuado y a crear un entorno más comprensivo y seguro durante las celebraciones.
Este trabajo preventivo contribuye a que tanto las personas afectadas como sus seres queridos puedan disfrutar de estas fechas con mayor serenidad y confianza, priorizando siempre el bienestar emocional y físico de todos.
La Navidad no se trata de la comida, sino del amor que compartimos.
Esta Navidad, regala empatía, amor y respeto. Porque la salud mental también merece espacio en nuestras mesas.