En la entrevista con Radio Vitoria, Edgar Ilgel, psicólogo de ACABE, explica cómo el confinamiento por la pandemia provocó un incremento en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) entre jóvenes, especialmente los atracones emocionales. El aislamiento y la presión de las redes sociales por mantener un cuerpo ideal impulsaron conductas alimentarias peligrosas.

Ilgel destaca que tanto aquellos con predisposición a TCA como quienes no presentaban síntomas previos se vieron afectados. Las redes sociales influyeron negativamente, con memes y desafíos de ejercicio que aumentaron la ansiedad de los adolescentes por su imagen corporal. Según Ilgel, la falta de interacción social durante el confinamiento también exacerbó la fobia social y la agorafobia, afectando aún más a quienes sufren de anorexia y bulimia.

Además, el psicólogo subraya la importancia de la prevención, especialmente a través de la educación en el uso de redes sociales, y de una observación cercana por parte de las familias. El aumento en los casos de adolescentes que buscan ayuda en ACABE refleja el impacto que ha tenido esta situación de crisis sanitaria en la salud mental de los jóvenes.